A veces da la sensación de que la mayoría de los productores de techno que han alcanzado un estatus en la escena de baile tienden a trabajar con un lenguaje brusco, que tiende al negro. Es lo que le gusta a un importante segmento del público clubber, y si el cliente lo reclama, hay que complacer. Pero a veces se echa en falta más brillo y complejidad, que haga resaltar esos matices oscuros, de desesperanza, inscritos en el ADN del techno, y ese es uno de los puntos fuertes del sello Dissident, que ahora lanza un compilatorio donde resume sus intenciones: «Path of Devastation». Con productores de la talla de DCM, Drucal, Lachrymal, Rarefactiøn y Vlaeminck, se inscriben en un trabajo que va a dar mucho de que hablar.
Si algo tienen en común cada uno de los productores es que nos introducen en ambientes líquidos y burbujeantes que cierran un compilatorio con muchas ideas oscuras que buscan afanosamente renovar el lenguaje del techno desde el lado oscuro. Con grooves de una luminosidad tenue y cautivadora, donde la linealidad en el desarrollo del discurso cobra especial importancia, comunicando así una extraña sensación de madrugada eterna, «Path of Devastation» suena muy bien y tiene ideas y suficiente experiencia para llevarnos mucho, mucho más lejos.
Dissident nos conduce en este «Path of Devastation» a un viaje abismal, sin retorno. Pero qué mayor explorador del abismo que aquel que viaja en una nave espacial sin destino, como representó Kubrick en “2001: Una Odisea en el espacio”, avanzando siempre en línea recta, condenado a diluirse en el infinito… pero, ¿acaso no es eso la vida?