Hay artistas con una trayectoria musical repleta de giros y golpes de efecto, con múltiples fases y géneros explorados a lo largo de los años, pero con el tiempo, aunque sus producciones y sonidos cambien, hay un sentido y una dirección reconocibles en su música.Mako Bron es uno de esos casos, y su último trabajo. «Straight Down», un buen ejemplo de ello.
En Straight Down consigue crear paisajes únicos, donde la música electrónica se transforma en puro ambiente cinematográfico. Una música repleta de múltiples ejes y aristas, dando como fruto un trabajo, que por encima de todo, se define por su gran personalidad.
Un conjunto atemporal, magnético, que le añade una pátina clubbing muy interesante a un viaje tan profundo como narrativo. Straight Down no se deja nada por el camino y corrobora la misión que siempre ha tenido la música electrónica: jugar con el presente y avanzar en lo desconocido, más allá del entretenimiento.