En muchas ocasiones, el mundo de la música se parece al de la bolsa, y la atención prestada a un artista depende de su capacidad de ser ubicuo, de no pisar nunca el freno. Los hay que están ‘arriba’ más por el don de la oportunidad y la persistencia que por la calidad verdadera de su música, y luego tenemos los que están abajo. Pero gracias a sellos como Etruria Beat, han conseguido que algunos artistas, de indiscutible calidad y trayectoria musical, ninguneados por las tendencias del mercado, puedan aflorar y reaflorar de la forma más justa, como es el caso que nos concierne ahora, su compilatorio Capsule 1.
El nivel de producción de estos chicos es intenso pero, en cambio, el cuidado de los sonidos que lanzan está a la altura de los que hacen las cosas porque quieren y con el tiempo que realmente necesitan. De ahí que se trate de producciones que al acercarte con detenimiento te quedes atrapado por el halo que desprende: raruno, singular y, aquí viene lo mejor, potente, magnético y bailable. Beats que marcan pero sin cargarnos , un toque oldschool (auténtico), sintetizadores algo excéntricos y un tono general más bien alegre y festivo, son algunas de las adjetivaciones que podemos sacarnos de la manga si queremos describir esta propuesta renovadora.
Cada productor resume en este compilatorio sus intenciones, buscando la novedad sin perder la nostalgia, que juega con el género pero sin caer en trucos previsibles, ni tampoco en la arrogancia de los que se enrocan en un género o manierismo para demostrar que tienen personalidad. Para alcanzar la simpleza y la lucidez se requieren, paradójicamente, experiencia y capacidad de saber liberarse de la limitación de los condicionamientos, y este primer compilatorio es una saludable muestra de ello.