DJ/Producer/Vinyl Freek. He mixes disco, house and more with wild abandon.
We have had the pleasure of interviewing him and this has been the result.
¿Qué fue lo primero que te atrajo del mundo de la música electrónica?
Los samplers. Me fascinaban esos cacharros.Todavía eran muy caros cuando empecé en esto de la música, trabajaba como DJ y recuerdo que suposo un esfuerzo considerable reunir el dinero, tardé varios meses. Yo tocaba instrumentos como la guitarra y el bajo, pero me hicieron una demostración en la tienda (puedes grabar hasta diez segundos en un diskette!) y me pareció que aquello podría cambiarlo todo para mí. Así que rompí la hucha, lo compré… y pasaron varias semanas hasta que me di cuenta de que el sampler por si solo no hacía nada; necesitaría teclado, secuenciador y una mesa de mezclas, como mínimo. A mis amigos les encantó esta saga, porque cuando al fin conseguí comprar la mesa (otro pico, y más meses de espera), tampoco sabía qué hacer con ella. El cachondeo fue épico.
¿Recuerdas algún disco o concierto que te haya hecho ver todo de otra forma?
Sí, recuerdo no uno, sino dos discos que salieron a la vez en 1989 y que una amiga me grabó en un cassette. En la cara A estaba “Three Feet High And Rising” de De La Soul, un LP que en aquella época no dejó a nadie indiferente. Ese derroche de imaginación, con canciones tan pegadizas y con tal multitud de referencias en los samples era totalmente rompedor. Pasaron años y seguían saliendo a la luz samples desconocidos de ese disco. En la otra cara de la cinta, mi amiga me había grabado “Quadrastate” de 808 State, un disco que bailaría y pincharía mucho después de escucharlo, pero sobre todo fue una lección de cómo producir temas de baile con un puñado de elementos, de forma sencilla pero efectiva. Cosa que yo no he hecho nunca, por cierto, pero no porque no me haya aprendido la lección desde el principio.
Desde que te metiste en esto profesionalmente, ¿qué echaste en falta a nivel nacional, internacional? ¿Y qué te ayudó más a crecer, incluso a creer en ti mismo?
La verdad es que echar en falta algo, no es una sensación haya sentido muy a menudo, en parte porque la industria musical me parece tan desastrosa que nunca tuve mucha ilusión puesta en ella. Pero tampoco quiero ser desagradecido con la gente que sí hace bien su trabajo, son pocos pero maravillosos. También es cierto que desde siempre decidí que el camino me lo iba a marcar yo y nadie más, así que no estaba en una posición ideal como para apoyarme mucho en las estructuras tradicionales. Si no perteneces a un género musical o no te mueves en determinados ambientes, no te beneficias de aquello pero tampoco te afectan sus vaivenes. Mi respuesta a la segunda parte de la pregunta va en la misma linea. He tenido que depender mucho de la auto confianza (aparentemente inagotable, aquí seguimos!) para crecer y marcar mi camino. Es el método visión túnel/sordera selectiva que empleo para hacer caso omiso de las tendencias y seguir construyendo mi espacio propio, con paciencia y con la ayuda de aquellos sellos que creen en mí, imprescindibles a la hora de seguir aquí después de veinte años de carrera musical.
¿Cómo decidiste embarcarte en tu último trabajo?
Pues fue cosa de Borja, uno de los dueños del sello Lovemonk Records, quien razonó que los dos temas que forman este proyecto (Doing Our Own Thing y To Be Free) habían tenido muy buena acogida inicial y que igual se merecían algo más de recorrido. El vinilo se había agotado, pero en vez de hacer otra tirada él me propuso sacar un disco de remezclas. Decidimos apostar fuerte y conseguimos interesar a Dimitri From Paris en el proyecto, ya que él era fan del disco en su día. A la hora de preparar las pistas para la remezcla, yo descubrí que tenía muchísimas grabaciones que no llegué a usar en el proyecto original: solos, voces con mucho rollo, con lo cual terminé haciendo dos remezclas propias de las que me siento muy satisfecho.
¿Cuáles son tus lugares favoritos para pasar el rato en la ciudad?
Pues voy a decir El Retiro. Es un refugio para mí en el que poder pasear mientras escribo la letra de alguna canción o hacer deporte al aire libre (odio los gimnasios). De hecho, me gusta tanto que ya son dos las veces que me he visto atrapado ahí por la noche después de echar el cierre. La segunda vez ya sabía dónde se encuentra la única salida (es la puerta donde está la famosa estatua del ángel caído) y me dirigía en esa dirección cuando me cruzé con unos turistas perdidos; perdidos y bastante preocupados. Mi francés no es lo que era y creo que les dejé casi peor de lo que estaban, porque claro, a nadie le gusta la idea de estar encerrado y dando vueltas a oscuras buscando al diablo.
¿Has tenido tiempo últimamente para concentrarte en hacer música, pasar tiempo con tu familia o planificar proyectos futuros?
Pues he hecho las tres cosas, sí, pero mentiría si dijese que las he hecho todas a la vez, porque eso es un imposible. He estado grabando mucho, preparando material para los próximos meses. He de decir que estos últimos años han sido un proceso de aprendizaje muy intenso para mí. La música que hago ahora tira mucho de composición, se graba íntegramente con músicos y cantantes, es música de baile pero muy orgánica. Me encanta, en mi último disco había desde un vibrafonista hasta un coro nigeriano. Todos los días te topas con algo nuevo que te exige su técnica particular. Es un aprendizaje continuo y de por vida y que si te descuidas, te absorbe todas las horas del día.
¿Tienes algunas palabras finales de sabiduría?
Yo es que de sabiduría ando muy justito, por el bien de todos casi mejor si me callo. Eso sí, les deseo a todos que tengan las ganas y la oportunidad de vivir tal y como dice este último disco mío: To be free and doing our own thing!